Un equipo internacional de científicos liderados por la NASA han desvelado la existencia de un sistema de siete planetas del tamaño de la Tierra que orbitan alrededor de una estrella enana y ultrafría, Trappist-1, situada a tan «solo» 40 años luz de distancia de nosotros. Es demasiado lejos aún como para poder llegar con la tecnología actual a este sistema solar similar al nuestro, algo que nunca hasta ahora se había encontrado, pero, a día de hoy, es ya un objetivo prioritario para poder encontrar vida fuera de nuestros mundos más cercanos.
Según el estudio publicado ayer en la revista científica Nature y de acuerdo con las declaraciones ofrecidas por los responsables de la NASA, tres de los siete planetas se encuentran en la zona habitable, lo que significa que podrían albergar océanos de agua en sus superficies, lo que aumenta la posibilidad de que los astros que giran en torno a Trappist-1, una estrella situada en la constelación de Acuario de tan solo el 8 % del tamaño del Sol, similar al de Júpiter, puedan acoger vida. Seis de los siete cuerpos también son, probablemente, rocosos. Si esta configuración planetaria es común, nuestra galaxia podría estar repleta de planetas como la Tierra. El descubrimiento de los exoplanetas abre grandes oportunidades.
«Los siete planetas tienen temperaturas de entre 0 y 100 grados centígrados, lo suficientemente bajas como para hacer posible la presencia de agua líquida en sus superficies», según se destaca en el estudio en Nature.
Los próximos pasos tras el descubrimiento de los exoplanetas
«Los próximos pasos serán detectar y medir la atmósfera de todos
estos planetas, una tarea en la que se involucrarán equipos de todo el
mundo», explica Didier Queloz, coautor del trabajo e investigador del
Observatorio de Ginebra. De hecho, el telescopio espacial Hubble
de la NASA ya está siendo utilizado para buscar atmósferas alrededor de
estos astros, con vistas a que en el futuro se puedan detectar
marcadores indicativos de posibles signos de vida. «Con la próxima
generación de telescopios como el europeo E-ELT o el James Webb de
la NASA pronto podremos buscar agua, e incluso pruebas de vida en estos
mundos», asegura un entusiasmado Emmanuël Jehin, uno de los miembros
del equipo que participó en el hallazgo.El hecho de que Trappist-1 sea una estrella enana roja muy fría implica que la energía que proporciona a los exoplanetas descubiertos es parecida a la recibida por los que se encuentran en la zona interior de nuestro sistema solar. De hecho, tres de los nuevos astros, bautizados como c, d y f, reciben cantidades de energía similares a las de Venus, la Tierra y Marte, respectivamente. Sin embargo, son e, f y g los que orbitan alrededor de la zona habitable de la estrella y los que podrían tener océanos de agua en su superficie. https://www.youtube.com/watch?v=bnKFaAS30X8 fuente http://www.lavozdegalicia.es